Como joven estudiante de economía y negocios, me preocupa que nuestro nuevo líder electo democráticamente este año, haya desaparecido repentinamente cuando más le necesitamos. En estos momentos donde el barco está en lo peor de la tormenta, es cuando se necesita que el capitan diga a sus tripulantes hacía donde va el barco y dar lineamientos claros para que todos los que puedan hacer algo de la tripulación empiecen a moverse, tranquilizando así a los pasajeros y evitando que el pánico colabore con tempestad para hundirlo.
A donde está aquella persona que hace 3 meses aparecía cada 15 minutos en televisión? a donde está quien llego con el compromiso de sacar adelante este país? La crisis sigue, la empresa privada sigue a la expectativa, los inversores siguen evaluando sus proyectos aquí y en el resto del mundo, todo sigue en un ambiente de tranquilidad y angustia cuando otros países anuncian que empiezan a salir de sus crisis.
El Salvador necesita que nuestro líder más influyente actualmente nos diga que dirección tomará el barco de la economía para que tanto su aparato de estado, la empresa privada y los inversores se encarguen de estimular la actividad económica. El Salvador necesita que los inversores tengan confianza de un sistema respetuoso de la propiedad privada y de la inversión extranjera para que inyecte los recursos que nuestra mediana empresa necesita. El Salvador necesita que se empiecen a distribuir balsas y salvavidas para los más débiles ante la crisis. Los pasajeros necesitamos que nos den tranquilidad para que no entorpezcamos la labor de la tripulación y no seamos nosotros mismos quienes por miedo terminemos de hundir el barco.
A donde está aquella persona que hace 3 meses aparecía cada 15 minutos en televisión? a donde está quien llego con el compromiso de sacar adelante este país? La crisis sigue, la empresa privada sigue a la expectativa, los inversores siguen evaluando sus proyectos aquí y en el resto del mundo, todo sigue en un ambiente de tranquilidad y angustia cuando otros países anuncian que empiezan a salir de sus crisis.
El Salvador necesita que nuestro líder más influyente actualmente nos diga que dirección tomará el barco de la economía para que tanto su aparato de estado, la empresa privada y los inversores se encarguen de estimular la actividad económica. El Salvador necesita que los inversores tengan confianza de un sistema respetuoso de la propiedad privada y de la inversión extranjera para que inyecte los recursos que nuestra mediana empresa necesita. El Salvador necesita que se empiecen a distribuir balsas y salvavidas para los más débiles ante la crisis. Los pasajeros necesitamos que nos den tranquilidad para que no entorpezcamos la labor de la tripulación y no seamos nosotros mismos quienes por miedo terminemos de hundir el barco.
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