Más de dos millones de salvadoreños, la tercera parte de la población del país, viven en asentamientos urbanos en condiciones de pobreza, según un estudio divulgado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
El gobierno de El Salvador, tal y como todos los países del mundo, promueve políticas con el fin de contrarrestar la pobreza. Sin embargo, no se toma en cuenta que muchas de estas personas no salen de esa realidad porque no quieren. Ante la falta de educación, y en un punto del tiempo, de oportunidades, se han acostumbrado a vivir bajo un status quo en el que cubren algunas de sus necesidades mínimas gracias a la generosidad de los demás y no buscan una fuente de ingreso que les permita mejorar su condición.
Para muchos, una persona que nace pobre, muere pobre, pero desde mi forma de verlo, el que muere pobre es porque así lo quiso. Ayer en un estudio bíblico con mi padre, abordaron el tema de la pereza y el ostracismo y me di cuenta que inclusive en las santas escrituras esta considerado que aquel que no lucha y se esfuerza por salir adelante esta destinado a ser un mediocre y a vivir sin bendición.